Lo ocurrido en febrero de 1981 no se me podía pasar por alto en la tarea de introducir nuevas entradas en este espacio. He decidido hacerlo en la categoría de “Anecdotario” debido a que, en la actualidad, considero aquellos acontecimientos como simples y puras anécdotas. Sin embargo, lo que viví aquellos días no fueron meras anécdotas. Creo que, hasta muchos años después, no fui consciente realmente de lo pudo haber supuesto aquella especie de “sanjurjada”.
En esos días yo estaba de permiso. Recuerdo perfectamente que sobre las cinco de la tarde de aquel 23 de febrero me estaba probando unos pantalones vaqueros en una tienda de Calatayud. Todo iba como un dia rutinario cualquiera, pero, al salir de este comercio, noté cierto revuelo en las personas que estaban en la tienda. Habían subido el volumen de la radio y, entre comentarios de todo tipo y volumen, pude enterarme que la Guardia Civil había entrado en las Cortes por un “grave asunto”. Minutos después todo era desconcierto. Debo reconocer que aquella tarde no me enteré muy bien de lo realmente estaba aconteciendo. Mis dudas se disiparon a las 11 de la mañana del 24 de febrero de 1981 cuando recibí una llamada del Regimiento: “mi incorporación debía ser inmediata, presentándome a mis superiores sin demora, quedando a sus órdenes y disposición” (estas fueron las palabra del interlocutor, quien, por cierto, nunca llegué a saber quién fue).
Cogí el tren que salía de Calatayud a las 3 de la tarde y, entre unas cosas y otras, entraba por el Cuerpo de Guardia a eso de las 9 de la tarde. En Madrid, estaba pasando algo y esto hacía presagiar malos vientos.
En esos días yo estaba de permiso. Recuerdo perfectamente que sobre las cinco de la tarde de aquel 23 de febrero me estaba probando unos pantalones vaqueros en una tienda de Calatayud. Todo iba como un dia rutinario cualquiera, pero, al salir de este comercio, noté cierto revuelo en las personas que estaban en la tienda. Habían subido el volumen de la radio y, entre comentarios de todo tipo y volumen, pude enterarme que la Guardia Civil había entrado en las Cortes por un “grave asunto”. Minutos después todo era desconcierto. Debo reconocer que aquella tarde no me enteré muy bien de lo realmente estaba aconteciendo. Mis dudas se disiparon a las 11 de la mañana del 24 de febrero de 1981 cuando recibí una llamada del Regimiento: “mi incorporación debía ser inmediata, presentándome a mis superiores sin demora, quedando a sus órdenes y disposición” (estas fueron las palabra del interlocutor, quien, por cierto, nunca llegué a saber quién fue).
Cogí el tren que salía de Calatayud a las 3 de la tarde y, entre unas cosas y otras, entraba por el Cuerpo de Guardia a eso de las 9 de la tarde. En Madrid, estaba pasando algo y esto hacía presagiar malos vientos.
18:42 miércoles, 25 de abril · Rafael_Tenerife escribió:
ResponderEliminarLa verdad es que tuvo que ser un mal trago. A mi me pilló en el Instituto.
21:18 lunes, 30 de abril · juan escribió:
ami me pillo con 1 añito y como es natural... ni me acuerdo...., ami me llamaron en julio no me acuerdo si del 2000 o 2001, cuando sucedio lo de la isla de perejil, estaba yo de vacaciones y me llamaron igual que a ti,pero a las 07:00 de la mañana, me dijeron que me tenia que presentar de inmediato ante mis superiores ya que teniamos que salir hacia tarifa con los equipos de guerra electronica,vivo a una hora y media en transporte del reguimiento, a si que a las 09:00 ya estaba alli con la mayoria de mis compañeros y cierto salimos a tarifa.llegamos y no nos dio tiempo ni atirar el cable cuando nos enteramos que ya teniamos tomado el peñon, nos quedamos un par de dias alli y de regreso a la vida normal... yo me lo pase bien pero mi madre se llebo un susto... jejejeje
un saludo