Los pases de fin de semana

Los viernes, a esa de las 12 de la mañana, los que nos habíamos apuntado previamente para disfrutar del fin de semana, salíamos del Regimiento en dirección a los autobuses que paraban justo enfrente, al otro lado del parque. Esto autobuses que, si mal no recuerdo, llevaban las letras pintadas en los laterales de OZAEZ o MIRON, eran conocidos como "autobuses piratas". Es decir, líneas "irregulares" dedicadas exclusivamente al transporte de militares a sus ciudades de origen.

El billete costaba 100 ó 125 pesetas. No recuerdo bien. Pero lo que nunca olvidaré es la odisea que era el viaje Madrid-Calatayud, ciudad esta última en la que casi había que bajarse en marcha pues el conductor no estaba para lindezas hacia los viajeros.

Echando cuentas, verá el amable lector a qué me refiero cuando hablo de "odisea". A fecha de hoy, entre Madrid y Calatayud hay 241 kilómetros de autovía que en condiciones normales suele hacerse entre tres horas y tres y media parando para los preceptivos "cortados".

Pues bien, en 1980 la Autovía de Aragón no existía. En su lugar estaba la N-II, la cual, en algunos de sus tramos, había que encomendarse a todos los santos para no salir de los nervios. Sobre todo a su paso por Medinaceli.

Digo en condiciones normales...pero para estos autobuses...y en aquellos años, no había límites...La velocidad, los vaivenes, los sobresaltos, los botes, los bandazos, los frenazos y los acelerones se conjugaban de forma magistral para darle emoción al recorrido.

Y vaya emoción...Pero claro, para nosotros, mozalbetes de pocos años, era una aventura, pues eramos aguerridos soldados, preparados para todo...Incluso animábamos al "chofer" para rebajar el tiempo en tantos o cuantos minutos.

Con el paso de los años, tengo la certeza de que aquellas rutas eran una imprudencia. Pero era la única forma de poder disfrutar el máximo de horas en nuestras casas.

¿Alquien recuerda aquellos MIRON?