09/09/2010

Otra feliz coincidencia

No es la primera vez que en este blog se ha tratado el asunto del modo de recordar el servicio militar que cada lector tiene. Ambos sentidos, el negativo y el positivo se han expuesto sin entrar a debatir la idoneidad de uno u otro. No obstante, para el que suscribe, treinta años después de cumplir con esa etapa de la vida, no dejan de existir motivos para inclinarme hacia el lado positivo de esos recuerdos.

IMG_2188-1Suele decirse popularmente que “el mundo es un pañuelo” y el pasado mes de mayo, dentro de los actos que se celebraron en Zaragoza en honor a la bandera, pude volver a constatarlo. IMG_2170 Finalizado el desfile, al visualizar las preceptivas fotos en la cámara, un Teniente Coronel de uniforme se dirige a mí dándome unas palmaditas en la espalda y con un tono tan familiar que en un primer momento pensé que se estaba confundiendo de persona. En un primer momento esa fue mi sensación, pero unos segundos después caí en la cuenta de que ese oficial que me estaba saludando tan jocosamente era un compañero de reemplazo que estuvo conmigo en la compañía de Plana Mayor, allá en El Pardo. Superado este primer momento de confusión, los dos pudimos comprobar que los treinta años de separación desde la última vez que nos vimos en la estación de Chamartín no han pasado en balde, pues a los dos nos llegó a la memoria con nitidez ese día en el que partía para tomar parte en las pruebas selectivas para ingreso en la Academia General Militar.

Y esto es lo que para mi tiene valor. Los años no han sido obstáculo y en esta ocasión, el tiempo parecía haberse detenido. No deja de ser una simple anécdota pero significativa, pues, en contra, de algunos compañeros de Facultad, ni me acuerdo. 

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