Se acostumbra a decir que se vive de los recuerdos, que recordar es volver a vivir, etc..Seguro que en la gran colección mundial de frases y pensamientos –algunos incluso filosóficos- aciertan de lleno en una clara definición. Yo, incluso tenía un buen amigo (ya fallecido) que en ninguno de sus viajes se le antojaba llevar la cámara fotográfica, ni tampoco en vacaciones. Él decía que prefería retener todas las imágenes en su retina, y, yo que conocía el talante de mi amigo lo llegué a creer, porque reconozco que era muy hábil observador y prefería mirar y mirar. Luego, sus relatos eran antológicos. Y lo respeté.
De forma totalmente contraria, a mi me ocurre que no me basta con la observación y pese a que confío mucho en mi retina he necesitado otros soportes, servicios y medios de actualidad para poder ir confirmando mis pisadas a lo largo de los años. Y en la medida que vamos avanzando, disponemos a nuestro alcance de los más variados métodos para “amparar”, ya no digamos la retina, sino la memoria. Verdaderamente nos podemos sentir siempre más jóvenes y acompañados, tanto rebobinando, como igualmente reviviendo fotografías de cantidad de álbumes de la estantería.
Pero, ¿Es suficiente, tanto la retina como la memoria? Yo creo que una y otra deben compaginarse, no obstante, considero que es la memoria la que aventaja para la comunicación, en cambio, lo acumulado en la retina es más íntimo, y en muchas ocasiones indescifrable para los demás. Yo, como la mayoría, me voy fiando más de mi memoria que, es en definitiva la que lo transmite en imágenes multicolores a la retina. Pero a lo que doy valor es a lo impreso, por aquello de: Mienten barbas y cantan papeles…
He querido llegar hasta aquí mediante este preámbulo, para exponer un tema que ya hace algún tiempo estaba deseoso de manifestar. Un tema de recuerdo (memoria) y sobre todo de AMISTAD. Es mi intención pues, dar a conocer una carta que me fue dirigida en marzo del 1958 desde El Aaiun (A.O.E.). En ella brota el compañerismo, el sentimiento y la amistad. Una manifestación colectiva de afecto que, en aquellas circunstancias valoré porque me sentí acompañado también por “otra familia”, …y a lo largo de los años lo continua siendo en mi memoria - también en la retina- . En la actualidad, todavía algunos –desafortunadamente no todos- mantenemos frecuente correspondencia a través de los medios. Con otros, incluso nos hemos encontrado en varias ocasiones.
Este es el poso en definitiva, de una época de juventud y de milicia, incluida dentro de un periodo de ocho meses en una tierra para nosotros inhóspita y de crueldades, cuyo resultado, no obstante, favoreció nuestros corazones.
Y esta carta es mi testimonio, pudiendo así analizar cada línea las veces que quiera. Es imposible que nada se borre, porque es de calidad; no lo ha conseguido ni la edad, ni el papel, ni la tinta, ni el buen trazo de nuestro común buen amigo Paco Acebes que la escribió, y, sin querer exagerar… ni el mismísimo Siroco, y es que en ella se acumula una gran carga humana. Transcurridos 53 años, conservo un verdadero tesoro. Vaya mi homenaje para todos ellos. Que Dios les bendiga.
José R.Manuel Sabaté
Manresa Mayo 2011
Estimado Sabaté:
ResponderEliminarEs menester, tras la lectura de este valioso testimonio, reflejar en este blog que más que el "corpus" de las mismas, lo que destaca es el "animus", utilizando la terminología romanística.
Verdaderamente, merece la pena, ¡vaya si lo merece!, conservar este documento como si de un tesoro se tratase.
Desde Zaragoza, y estoy convencido de que también desde Madrid, Canarias y Alicante, te envío mi más sincera felicitación con conservar ese "animus" del que anteriormente hablaba.
Gracias por dejarnos compartir tan excelso sentimiento.
Estimado amigo y compañero Sabaté: Gracias por compartir con todos nosotros esa bonita y sentida carta de pésame que te envió en su día tu buen amigo Acebes.No me cabe la menor duda, por estas y otras cosas es imposible olvidarnos de nuestra permanencia en el ejército: La amistad, el compañerismo, la solidaridad... son valores que se potencian durante nuestra permanencia en filas y, prueba de ello, es este testimonio de gran valor que, a pesar de los muchos años que han transcurrido, sigue actual como el primer día.
ResponderEliminarMi felicitación al amigo Acebes por esta magnífica misiva de apoyo y ánimo en unos momentos difícil para un amigo y compañero y mi gratitud a Sabaté por compartirla con nosotros. Gracias, por vuestro comportamiento vale la pena seguir creyendo en el ser humano.
Un abrazo a los dos.
Antonio (Alicante)