Historias de El Pardo

Un lugar para el recuerdo de los Veteranos del Regimiento de Transmisiones



28/02/2008

Una Consulta

Paco Mediavilla nos hace la siguiente consulta:



Tengo un transceptor de válvulas (me parece que así se llaman), de onda corta y larga, bastante antiguo (calculo que debe ser de la guerra civil o anterior). No tiene marca, pero parece militar y española. Posee en su parte posterior unos enganches para poderla transportar a la espalda como si fuera una mochila y tiene un artilugio para transmitir en morse. Adjunto una foto para su posible identificación.






El problema que tengo es que, por más que he navegado por la red, no he conseguido averiguar nada sobre dicho aparato. ¿Me podrían orientar sobre su procedencia, año de fabricación, marca, cuál fue su posible uso,…?


Bienvenida a un nuevo compañero

Antonio Pineda nos manda el sigueinte mensaje:

Hola mi nombre es Antonio Pineda Riquelme alias" BROMAS PESADAS" Ciaparque y talleres.

Soy del 4º remplazo del 75. Por lo tanto estuve en el regimientodurante 76 / 77.
Tengo muy buenos recuerdos de mi estada en el Pardo. Y todavíaconservo la salutación que le mando el Sr coronel a mi padre felicitándole por mi comportamiento.

Alguien recuerda: teniente FELICITO
teniente MAYANDIA
brigada CANEIRO
sargento DIMAS JODRA MARTINEZ
cabo CUBATA
chofer de cocina BELLA DURMIENTE

Si alguien tiene noticias miraré de estar en contacto. Y si puedo ayudar en algo, aunque yo sea un poco parco enpalabras contar conmigo.

Saludos y animo para todos.

Antonio, bienvenido y te animamos en que nos cuntes tus vivencias, anectdotas y recuerdos de tu paso por el Pardo.

26/02/2008

HOMENAJE A LOS CAIDOS EN LA GUERRA DE IFNI - SAHARA

El 19 de Noviembre de 2007, se llevó a cabo un emotivo homenaje en la base militar general Alemán Ramírez en Las Palmas de Gran Canaria a los soldados caídos en la denominada "Guerra Olvidada". Entre otros actos se inauguró un monolito en recuerdo a los caídos.

Como en ella también murieron algunos integrantes de la Compañía Expedicionaria de Radio del Regimiento de Transmisiones, creo que aunque no se dijese expresamente, ese homenaje también era para ellos.



(Foto: www.canariasahora.es/noticia/14099/)


" Para el general Jefe del Estado Mayor de Defensa (Jmad), Félix Sanz, que presidió el acto, en la batalla de Ifni “se asumieron riesgos, se utilizó un material obsoleto, y se caracterizó por el heroísmo, la abnegación y el sacrificio de unos hombres que ya precisaban un homenaje”. San recordó que ya las Cortes Generales han realizado el reconocimiento a través de una de las disposiciones adicionales de la Ley de la Carrera Militar que reconoce lo que hicieron los soldados de reemplazo en 1957 y 1958"

(Texto extraído de: www.canariasahora.es/noticia/14099/)

Esperemos que poco a poco se vayan colocando las cosas en su sitio y que se recuerde a los que dieron su vida por España, y como no, que se le reconozca a los que sobrevivieron a los acontecimientos su dedicación y entrega a su deber como Español.

Que la Memoria Nunca nos Falle.
Que la Patria Nunca nos Olvide.

25/02/2008

LA COMPAÑIA EXPEDICIONARIA DE RADIO

El Comandante Parra nos envía un nuevo relato en el que aclara algunos de los hechos en los que se vio envuelta la Compañía Expedicionaria.

Gracias Por este nuevo relato.

CRONICA: PUNTUALIZACIONES A LOS HECHOS OCURRIDOS.

Efectivamente existe un error en las primeras líneas de mi relato. Yo no soy muy bueno para las fechas exactas, así que recurrí con toda confianza a mi Hoja de Servicios donde figura la fecha de salida de El Pardo el 5 de Diciembre y llegada a El Aaiún el 14 del mismo mes.

Está claro que debe decir Noviembre. Lo siento, el verdadero error es mío por no relacionar con más atención una fecha a la cual no le di la mayor importancia.

No obstante, en mis notas tengo la fecha de 30 de Noviembre cuando ocurrió el enfrentamiento entre el enemigo y la Compañía del Capitán Venerando en la zona de dunas, cuando escoltaban el convoy entre Cabeza de Playa y Aaiún.

Tras repeler el ataque por sorpresa de los rebeldes y provocar su huida, la Compañía regresó a Cabeza de Playa con un legionario muerto de un tiro en la cabeza, un Teniente herido grave y el Capitán Venerando grave con varias heridas de bala en tórax y vientre.

Los tres fueron evacuados a Las Palmas esa misma noche en una fragata de la Armada. En el Hospital Militar de dicha ciudad moría pocas horas después el Capitán Venerando.

Me dice Vd. que Jaime Tur menciona la captura de una emisora enemiga en la capital. Yo lo que recuerdo es que en la calle principal, había al principio de nuestra estancia un cafetín del que muchos se acordarán, "El cafetín de Llamas", donde acudíamos por la tarde a comprar unas galletas marroquíes que tenía y tomar un café con leche. El tal Llamas era un joven nativo de unos treinta años que hablaba muy bien el castellano.

Un día el cafetín lo encontramos cerrado, y entonces se dijo que en su casa habían encontrado una estación de radio y gente afín a los rebeldes.

No volvimos a ver nunca más a Llamas aunque el cafetín fue abierto días más tarde con otra gente.

Pregunta Vd. si usamos gonios. La compañía no creo que los llevase, al menos no se usaron mientras permanecimos allí. Si trabaje con ellos dos años después en Sidi-Ifni. Era el modelo B-70 el que se empleaba para localizar la ubicación de estaciones de radio.

Desde que llegó la Compañía a El Aaiún asistimos a la XIII Bandera con nuestros vehículos, tanto en convoyes como en salidas de reconocimiento con o sin contacto con el enemigo. Yo no recuerdo que la Legión tuviese material de transmisiones de alguna clase. Antes de la Batalla de Edchera se atendió a la Legión en todas sus salidas.

Ignoro el porqué de no instalar una radio en los vehículos de mando de la Legión y que tanto le intriga. La Compañía Expedicionaria de Transmisiones siempre fue autónoma en ese aspecto. Pero le diré más; aparte las cuestiones tácticas imperantes en aquellos años al respecto, mi opinión es que entonces y ahora, en el propio vehículo de Mando no cabe instalar una radio que forme parte de una malla establecida para Puestos de Mando de Brigada o División.

En todo caso y en el que nos ocupa pudiera ser para servicios de transmisiones "internas" de la propia Bandera.

Las últimas comunicaciones que tuve con Mayoralas fueron antes de las 14,30 que Vd. cita y que se puede leer también en el documento de "diligencias previas", del cual le diré algo a continuación.

Volviendo a las hora de las últimas comunicaciones puedo decirle que como máximo pudieran ser las doce del medio día, aunque no recuerdo la hora exacta.

Me baso en algunos datos; si salimos al amanecer, la distancia desde el Aaiún a las proximidades de Edchera no pueden habernos llevado más de tres horas como mucho. A ese tiempo le sumamos una parada larga donde se mataron unos camellos y quizás un par de paradas más para unir la columna.

Otro dato que puede darnos una idea del tiempo es que, como cito en el relato, yo recibí muchos impactos de bala del enemigo después de la última comunicación con la vanguardia.

Uno de esos impactos atravesó limpiamente el cuello de mi tabardo, que debía de llevarlo subido, justo detrás de mi cuello, debió de ocurrir cuando me parapetaba en el interior de mi vehículo entre las baterías de las estaciones de radio.

Fue mi conductor Vilela el que en una de las paradas me señaló el orificio en la citada prenda, que más de las doce o una de la mañana no se aguantaba por el calor. Y yo la llevaba puesta.

Vamos ahora al documento de diligencias previas que todos conocemos.

A mi entender dicho documento tiene algunos errores; el vehículo de Mayoralas era un dodge y no un Jeep. Con dicha estación, o en el vehículo, viajaban Mayoralas un conductor y un soldado enlace o ayudante del operador de radio, sin contar a Mayoralas solo dos personas y no cuatro.

También ocurre que el Cabo 1º Mayoralas nunca comunicó que "estaba siendo rodeada por el enemigo", solo comunicó que recibían fuego y seguían al Capitán. Tampoco "solicitó apoyo por orden del Capitán de exploración" (entiéndase Cap. Jáuregui), al menos no lo solicitó por radio. Y por último ¿mandó Mayoralas a sus ayudantes en busca de refuerzos?, ¿por qué lo sabe el redactor del documento ?.

A mi entender los alejó del lugar del peligro, pero creo que eso no lo sabremos nunca. La firma del mismo es del Capitán de la Cía. D. Victoriano Sánchez García.

Lo que no cabe duda de ese documento, es la gran carga de espíritu militar y sentimiento que se desprende de alguno de sus párrafos cuando dice:

"... por lo que el Cabo 1º quedó solo, manteniendo el enlace en lo posible, dado que ya había sido ametrallado el vehículo e incapacitado éste para replegarse. El mencionado Cabo 1º se parapetó haciendo fuego al enemigo, sin alejarse del vehículo ni perderlo de vista, defendiendo éste con gran espíritu combativo y elevada moral militar...".

Sobre los disparos que se oían durante la noche eran lo que digo, disparos en la distancia pero no tiroteo como Vd. interpreta. El tiroteo debió haber finalizado hacía ya muchas horas. Eran disparos sueltos, aislados, unos parecían más cerca que otros pero siempre lejos. La causa de los mismos tampoco creo que lo sepamos nunca y quizás es mejor no saberlo.

El apoyo aéreo lo pidió Aaiún a Tenerife o Las Palmas. No recuerdo que el Comandante Rivas lo pidiera. Piense Vd. que el Comandante no quería el apoyo aéreo, la prueba es que ante mi insistencia, me dio unas coordenadas de mala gana, así las bombas fueron arrojadas lejos sin objetivo alguno. El combate era o había sido muy próximo o muy íntimo, esa es la razón a mi entender.

La versión probable que Vd. ofrece sobre la desaparición de Mayoralas, que fue hecho prisionero en un principio y después asesinado puede ser tan cierta como otras que imaginamos.

El que en algunos escritos se le de por muerto tampoco creo que debe intrigarnos. Fué un caso raro desde el comienzo.

Yo particularmente esperé durante muchos días que alguien ofreciese alguna versión, vertiese alguna hipótesis, en fin "algo", pero nada de nada. Cuando regresamos no estaba, a los pocos días no estaba tampoco, es entonces cuando surge entre nosotros lo de "desaparecido".

Si se le da por muerto en algún escrito puede ser motivado por la confusión de los primeros días, tengamos en cuenta que lo más importante entonces, después de la batalla, eran los muertos.

Le extraña a Vd. que los conductores que transportaron en camiones a la Compañía Expedicionaria de Transmisiones desde Cabeza de Playa hasta El Aaiún fuesen nativos, pues efectivamente lo eran, al menos la mayoría.

Puede que perteneciesen a la Policía Nómada, Tropas Nómadas o personal de Presidencia del Gobierno, eso lo ignoro, pero si le diré que los camiones no eran militares.

Al parecer habían sido requisados por el Gobierno, a Derman Boaida (?), quizás el nombre no esté bien escrito. Este señor, como sabrá Vd., era simpatizante (o algo más) del movimiento rebelde y se había quitado de en medio a tiempo.

Meses más tarde apareció en escena como primer gobernador de Tarfaya, nombre dado por Marruecos a la zona de Villa Bens entregada por España.

Pensamos entonces que el nuevo cargo podría ser el precio agradecido a favores prestados.

Lo que si puedo decirle y me animo a contarlo, es que el traslado de la Compañía pudo haberse realizado sin escolta. Yo no recuerdo haberla visto, ni tampoco en la playa, aunque pudiera ser que durante el viaje se situara delante o detrás, el caso es que nadie lo recuerda y este aspecto me ha llamado siempre la atención pensando que a los pocos días el convoy fue atacado en la zona de las dunas.

En esa zona, contemplábamos el paisaje sin preocupación alguna, a la vez que asumíamos la pericia de los conductores nativos sorteando las dunas.

Horas antes podríamos estar preocupados pero era por secarnos al sol, en la arena de la playa, tras el remojón del desembarco.

Estoy completamente seguro, sin temor a equivocarme, que en ningún momento, ni en el desembarco, ni en la espera en la playa ni durante el traslado, empuñamos el fusil con idea de defensa.

Creo que están sus preguntas contestadas, y que alguna de las cuestiones que le intrigan ya no lo sean tanto.

Mis más cordiales saludos.
Francisco Parra Vidal.
Febrero de 2008.



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Para que los lectores se hagan una composición del escenario donde ocurrieron los hechos, incorporamos al relato del Comandante Parra un gráfico de operaciones extraido del libro del Coronel Carlos LaOrden titulado "Historia Militar de las transmisiones - El Regimiento del Pardo".


23/02/2008

De maniobras en Hoyo

Fernando Soneira nos envía esta imagen tomada en unas maniobras para que nos llegue el recuerdo de cuando también nos tocó a nosotros (aunque hace ya unos cuantos años más)

Fernando, cuéntanos tus recuerdos de aquellos días...


22/02/2008

jura de bandera 4/95



Así fue y así lo recuerda Fernando Soneira...

A pesar de que el día, a tenor de lo que reflejan las imágenes, salió lluvioso, los autores de este blog están seguros de que para Fernando Soneira también fue un dia especial.
Gracias, Fernando, por tu recuerdo.

Bienvenida a Fernando Soneira


Un nuevo compañero del que nos alegramos se haya incorporado a este espacio para el recuerdo. Esta vez de la 1ª Compañía de Puesto de Mando. Este ha sido su mensaje...y este es el que le enviamos los autores de este blog: bienvenido a este tu espacio. Todas tus aportaciones son para nosotros de gran valor. Te animamos a que continues con todo aquello que quieras que sea publicado.

Hoy lo hacemos con la imagen envada de los Cabos Villalta y Ayuso, del Batallón de Puestos de Mando.

GRACIAS




Buenos dias:Quisiera daros mi enhorabuena y daros la gracias por desenterrar misrecuerdos que guardo tan gratos. Yo hice la mili en el RETAC-21 y fuide los ultimos reemplazos (4/95) que entramos con ese nombre puescuando me licencie se llamaba UTMAAA. Estuve destinado en la 1 CIA DEPUESTOS DE MANDO y ejerciendo de administrativo en el PelotónAdministrativo, y cuando hicimos el traslado a la base de Marines(Valencia) nos pasaron a la USAC prestandome voluntario para la VM. Laverdad que son tantos recuerdos, que quisiera contribuir con fotos ysobre todo con el panfleto que me dieron a la entrada de mi serviciomilitar. Por ultimo daros las gracias y un saludo para todos los quehicimos el servicio militar en ZARCO DEL VALLE S/N en especial a todo4/95.

LA COMPAÑIA EXPEDICIONARIA DE RADIO 1957-1958

Historias del Pardo se enorgullece al presentar esta nueva crónica sobre la Compañía Expedicionaria de Radio que prestó sus servicios en la Campaña del Sahara.

El mágnifico relato que presentamos nos lo ha enviado nuestro ya amigo y compañero el Comandante Pulido.

CRONICAS: CIA. EXPEDICIONARIA DE RADIO-57/58.

Esta Unidad permaneció en el Sahara desde el 14 de Noviembre de 1.957 (por error mecanográfico en el relato del Cte. Parra figura el 15 de Diciembre), hasta el 22 de Junio de 1958. La PLM de la Cía. (como ya se ha dicho) quedó en El Aaiún, para prestar sus servicios con la radio a todos los movimientos de: reconocimientos, convoyes de abastecimiento, destacamentos, descubiertas y operaciones de limpieza que se llevaron a cabo en el territorio durante la campaña del Sahara, estos servicios principalmente se hacían acompañando a la XIII Bandera de Legión, que es la que se había creado para guarnecer aquella Zona., aunque en las operaciones también tomaron parte otras Banderas, creo que la IV y la VI, así como otras muchas Unidades Expedicionarias de La Península, de todas las Armas y Cuerpos. Dos Secciones de nuestra Cía. desempeñaron estos mismos servicios en las zonas Norte y Sur, Cabo Jubi (Villa Bens) y Villa Cisneros, la sección del norte al mando del Tte. Ruiz Blázquez y del sur del Tte. Martínez, quedando en el Aaiún con el mando de la Cía. Cap. Sánchez García el Tte. Elíces Corredera; como es lógico estas secciones llevaban numerosos Suboficiales y Cabos 1º, Especialistas y del Arma, todos operadores de radio, así como los magníficos Cabos y Soldados, la mayoría del reemplazo, que con su enorme celo y sacrificio suplieron las numerosas carencias que padecimos, de lo que da constancia las numerosas Cruces Rojas al Merito Militar concedidas, así como el T.P., nº 2/225, Secc. 2ª, del Gobernador General del Sahara, dirigido al Cap. Jefe de la Cía. Expedicionaria de Radio que dice:


“ Felicito a Vd. y componentes de esa Unidad de su mando, por el valor, entusiasmo, disciplina y alto grado de instrucción observado durante las últimas operaciones llevadas a cabo contra las bandas rebeldes, demostrando que son dignos soldados del Ejército Español."


Las carencias fueron muchas, íbamos con el equipo y vestuario normal de la época y de la Península como si fuéramos a unas maniobras, no fuimos preparados para un territorio tan inhóspito, partimos de improviso, con el material que había y que la política nos permitió llevar, la dureza de las famosas MKII, verdadero caballo de batalla de las estaciones móviles y fijas en destacamentos, nos hizo salir airosos de las misiones encomendadas; estas emisoras muchas veces las teníamos que sujetar al asiento trasero de los vehículos con alambres, porque al rodar por aquellas “pistas” pedregosas, llenas de baches y guardar la velocidad requerida en cada momento, hacía “saltar” todas las fijaciones que se ideaban y mas de una vez nos vimos con la emisora sobre los pies.



El hecho mas destacable durante este periodo es la batalla de Edchera y en ella la desaparición del Cabo 1º Pedro Fernández Mayorálas Ruiz, a quien rindo un sentido homenaje. Este episodio ya está narrado magníficamente y con todo detalle por quien mejor lo puede contar, el que lo vivió sobre el terreno, mi compañero, gran amigo y cuñado, Cte. ( R ) Parra. Hace unos años tuve una entrevista con la hermana de Mayorálas, me lo agradeció mucho, se quejaba de la poca información que le dieron sobre su hermano y que sus padres ya muy mayores murieron siempre pendientes de esos programas sobre personas desaparecidas que tanto abundaron TV, con la esperanza de que algún día apareciera.


A titulo personal y después de 50 años, me siento cada vez mas orgulloso de haber formado parte de aquella Cía., en aquella época era Cabo 1º (hoy Cte. Rtdo.),y como todos participé en numerosas misiones, entre las que destaco mi permanencia en Sidi- Atman,(playa del Aaiun) donde estuve desde el 30 de Noviembre de 1957 al 29 de Enero de 1958, allí viví tiempos difíciles y de muchas horas con los “cascos” puestos, día y noche, teniendo en cuenta que a última hora de la tarde y primeras de la noche los atmosféricos (QRN), hacían imposible los enlaces y recibir un cifrado, que sería cuestión de 8 ó 10 minutos, podría llevarte 30 a 45. Mi cariñoso recuerdo para el Cabo Sabaté, que compartió el servicio conmigo y para “El Abuelo”, el soldado que se cuidaba de cargar las baterías y el funcionamiento del motor para cargar las mismas, estos motores (Rex), eran malísimos, a cada momento se averiaban, teniendo que hacer verdaderas filigranas para de dos mantener uno en servicio.


También quiero destacar lo acaecido el día 30 de Noviembre del 58: Al regresar el convoy de abastecimiento desde la Playa al Aaiún, sufrió una emboscada en la zona de las dunas, los legionarios con sus mandos al frente se lanzaron a tierra de los vehículos repeliendo la agresión y poniendo en fuga a los agresores regresando después a la playa; allí en el único edificio que había, una nave-almacén, estaba el mando del puesto y la radio (MKII), se acomodaron las bajas: el Legionario Taboada muerto, con un tiro en la frente, El Tte. Huertas con un pulmón atravesado por un impacto permanecía inconsciente y el Cptan D. Venerando Pérez Guerra con varios impactos en el tórax, consciente. El Tte. Ochoa pone un telegrama al Jefe de la Bandera informando de las bajas y anunciando que toma el mando de la Cía., el Cptan. Venerando, cuya camilla estaba al lado de la radio, oye lo que se va a transmitir, retira ese telegrama y redacta otro informando igualmente de los acontecimientos y bajas habidas, pero confirmando que continuaba al mando de la Cía. y terminaba con un ¡Viva España! ¡Viva La Legión!; impresionante gesto teniendo en cuenta el estado de gravedad en que se encontraba, sin un médico que lo atendiera, simplemente un legionario-sanitario. Aquella noche, en una fragata de la Armada, la Descubierta o la Atrevida, no recuerdo cual de ellas, evacuaron a los heridos a Las Palmas de Gran Canaria, en cuyo Hospital Militar falleció el Ctan Venerando, a quien sus legionarios veneraban. El Tte. Huertas volví a verlo ya restablecido en activo en Sidi Ifn, (donde en el año 59 fuí destinado y permanecí hasta su entrega en el año 69).


Después de relevado de la playa fui trasladado a Villa Bens, participando en y la Operación Teide, para desarticular y expulsar del territorio las bandas rebeldes; al ocuparse la Hagunía quedé allí destacado con una Cía. de la Legión, mas tarde allí se construyó “un fuerte”, que yo no conocí. Tras ser relevado de este puesto regresé a Villa Bens, donde participé en numerosos convoyes de batidas y reconociendo, incluso de abasteciendo de comidas y viejos mosquetones a los nómadas del interior; mas tarde se realizó la evacuación de Villa Bens, (todos los saharauis que quisieron fueron trasladados al Aaiun) a finales de Mayo de 1958, y casi a finales de Junio regresamos a El Pardo. Esto es a grandes rasgos, parte de mis vivencias en la siempre querida y recordada Cía. Expedicionaria de Radio, la de uno solo de sus componentes, lo que quiere decir que habrá muchos y más interesantes relatos que contar.


Un cordial saludo, con mi agradecimiento, para los autores de este blog , igualmente a los que él “entran”, y un cordial abrazo para todos los integrantes de la Compañía.

16/02/2008

A los Comandantes Parra y Pulido

Para los autores de este blog, no es sino una grata noticia el hecho de que dos comandantes nos hayan visitado dándonos nuevas energías para continuar intentando darle a este espacio más interés.
Es por ello que, debemos...es más...queremos enviarles desde aquí el más considerado de los agradecimientos, manteniendo nuestra invitación a que sus respectivas experiencias coloreen este espacio dedicado al recuerdo de todos aquellos que conocimos el Regimiento de Transmisiones.
Al comandante Para y al comandante Pulido...gracias de todo corazón...y ¡¡ a sus órdenes !!
Saludos desde Madrid, Tenerife y Zaragoza
LOS AUTORES

05/02/2008

E D C H E R A


Por el Comandante de Ingenieros (R)
D. Francisco Parra Vidal
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EL TRASLADO DE LA COMPAÑÍA EXPEDICIONARIA HASTA EL SAHARA


El día 5 de Diciembre de 1957 salió desde el Regimiento de Transmisiones de El Pardo la Compañía Expedicionaria de Trasmisiones al mando del Capitán D. Victoriano Sánchez García.
Su destino era EL AAIÚN (Sáhara), territorio entonces llamado África Occidental Española.
Nos trasladamos por ferrocarril hasta Cádiz donde llegamos de madrugada. Allí esperaba un buque que ese mismo día, tras embarcar personal y material partió con rumbo a Las Palmas de Gran Canaria. El viaje en ese barco estuvo lleno de anécdotas que no voy a relatar ahora pues no es la ocasión pero que perviven con agrado dentro de la incómoda realidad, el caso es que hacinados en
la bodega, sobre colchonetas de paja, el barco debió moverse en damasía toda vez que, mareados, comimos muy poco o casi nada, sucediéndose los continuos viajes a los vomitorios.
En Las Palmas permanecimos unos días, quizá por el estado del mar en las costas de África. Era muy frecuente entonces que en lugares como Sidi Ifni, Cabo Jubi, ElAaiún o Villa Cisneros el estado del mar no permitiese operaciones ya que no había muelles para carga y descarga.
Otro buque o el mismo, no recuerdo, nos trasladó hasta la costa africana, frente a la playa de El Aaiún. Permaneció a cierta distancia de la costa y en unas grandes barcas que se aproximaron nos transladaron a la playa pero las barcas no llegaban a la arena. A cierta distancia el "patrón", sorteando primero las olas nos gritaba ¡ahora! y todos al agua buscando la arena de la playa, el que menos se mojaba lo hacía hasta la cintura.
El posterior traslado hasta el Aaiún (unos 15 kilómetros) lo hicimos en camiones conducidos por personal nativo.


EL ASENTAMIENTO, EL TRABAJO Y ALGUNOS SUCESOS


En este apartado quiero hacer una pequeña reflexión, generalizando siempre en un grupo pequeño de personas, lo que yo recuerdo y mis compañeros más próximos, generalidad que estoy casi seguro se extendía a la mayoría de la tropa. El caso es que desde que salimos de El Pardo hasta la llegada a El Aaiún y días después, no recuerdo haber tenido la más mínima sensación de peligro, es como si no supiésemos en realidad que éste existía.
Fué en días posteriores, cuando elementos rebeldes hostigaron con disparos durante la noche el destacamento de Cabeza de Playa. También cuando el enemigo atacó un convoy de transporte de mercancias entre El Aaiún y la playa, en la cadena de dunas que en unos kilómetros jalonaban el camino. Hubo heridos y al menos un muerto que yo recuerde; el Capitán Venerando, legionario que murió desangrado por un disparo enemigo en el vientre según contaban. También en la zona norte al otro lado de la Saguia frente a El Aaiún, la Legión o alguna Compañía de la misma fueron hostigados por elementos rebeldes durante muchas noches próximas a la Navidad o durante la misma. Los disparos pasaban por encima de la población con su característico zumbido. Los legionarios respondían siempre a los disparos con más disparos. Un día bajaron a tres o cuatro rebeldes muertos durante la noche anterior, los depositaron en el suelo dentro del acuartelamiento de Tropas Nomadas, en el centro del patio. El hecho causó impacto entre nosotros pues era la primera vez que veíamos al enemigo de alguna forma, en este caso muertos.
Aquellos sucesos cambiaron mi forma de pensar, efectivamente estabamos en una guerra y el peligro sí existía. El trabajo, la rutina diaria y callada y sobre todo el compañerismo que tomó vida en gran manera nos unió más y nos hizo más hombres. En aquellos días de Navidad yo cumplí 20 años.
Se hacían salidas pero siempre eran cortas y de día, excepto a Cabeza de Playa, acompañando a la Legión que escoltaba al convoy. Regresabamos casi siempre al anochecer. Como operadores de radio trabajábamos con la estación MK II, con antena de varillas, montadas en vehículos ligeros Jeep,s y Dodge, éste último más grande. Se formaba una malla de radio con la estación directora en Aaiún y en aquellas "descubiertas", que así las llamábamos , la práctica de trabajo era contínua.
De esta forma se llegó al día 13 de Enero, estaba a librarse la batalla más cruenta de aquella guerra, donde más muertos y heridos hubo, donde la Legión Española volvió a ofrecer a la Patria sus mejores hijos porque siempre son los mejores los que dieron su vida por España, donde se produjeron hechos de un valor heróico tal que merecen perdurar para siempre en nuestra Historia de España.


LA BATALLA DE EDCHERA

LA PARTIDA



El día 13 de Enero de 1958 nos levantamos antes del amanecer y nos dirigimos al Puesto de Mando de la Compañía sito desde el principio en una gran nave que habían dispuesto al efecto en el interior del pueblo, cerca de la plaza principal donde, en tiendas de campaña, teníamos el campamento.
Recuerdo que en aquella nave se ubicaban los vehículos operativos, ligeros, con una estación de radio cada uno instalada sobre uno de los dos asientos de madera situados a ambos lados del habitáculo en su longitud. Bajo la emisora, su batería de 12 voltios, de grandes dimensiones y que ocupaba gran parte del suelo.
Uno de los vehículos tenia instaladas dos estaciones de radio MK II, una a cada lado. Este vehículo sería la estación directora de los dos en movimiento y enlazaría con el otro vehículo y la
estación directora de la malla en El Aaiún, cuyo operador de radio y jefe era el Brigada Especialista Operador de Radio D. JOSE PARRA ABAD, mi padre. La estación añadida estaba destinada a enlazar con la aviación si llegara el caso.
Al Brigada Parra nos presentamos los dos Cabos Primeros, operadores de radio, designados para aquel servicio, el Cabo 1º D.PEDRO FERNÁNDEZ MAYORALAS RUIZ y yo. Recibimos las instrucciones de trabajo tal como frecuencias de radio, indicativos y otras directrices propias del servicio.
No recuerdo si sorteamos o decidimos los dos, o decidió el Bgda. los puestos a cubrir para aquel servicio que se adivinaba era diferente a los demás. El caso es que yo me situé con el Mando de la Bandera, Comandante RIVAS, utilizando el vehículo que tenía instaladas las dos estaciones MK II y que tendría más dificultades en cuanto a técnica se refiere; trabajo con el otro corresposal, con la directora en Aaiún y con la aviación. Eso significaba cambios de frecuencia contínuos, enlaces puente, etc.. MAYORALAS se situó con su vehículo en vanguardia y su Mando directo era el Capitán JÁUREGUI.
Supimos también que aquel servicio, por las directrices recibidas, era distinto a los habituales ya que no se trataba de un traslado de tropas o de material, o de un convoy con fines logísticos. Este era un servicio de radio a la 13ª Bandera de la Legíón en una operación de campaña y por su entidad debía tratarse de la Bandera al completo. Por supuesto yo ignoraba toda la cuestión táctica y demás, mi único interès como operador de radio era mantener el enlace en todo momento.
No presentía lo que iba a suceder a lo largo de aquel día (¿alguien lo presentía?) que al final del mismo pudo parecer interminable o transcurrir como un soplo. En cada vehículo nos acompañaba el conductor y un soldado ayudante del operador de radio o enlace. Mi conductor era el cabo D.ANTONIO BAUTISTA VILELA. Me imagino que nos presentamos a nuestros Mandos de la Legión tras desearnos suerte como teníamos por costumbre





EL VIAJE


Si recuerdo cuando cruzamos la Saguia El Hamra y tomamos dirección Sur, siempre bordeando la depresión pero sin acercarnos a ella. Mayoralas delante y mi vehículo inmediatamente detrás del vehículo del Comandante. Manteníamos el enlace contínuo (escucha permanente), cruzándonos novedades cada 10 o 15 minutos. De vez en cuando intervenía la directora desde Aaiún. Creo recordar que nos detuvimos alguna vez pero no estoy seguro. Yo seguía presintiendo el borde de la Saguia muy próximo.





EL CONFLICTO


Entonces, no recuerdo a que hora pero si durante la mañana o al final de la misma se rompe la monotonía, MAYORALAS me anuncia que el Cap. JAUREGUI desea hablar con el Comandante. Con voces nerviosas o tensas, puestos al habla los dos, su conversación, muy aproximadamente fué ésta:
" - Dime Jáuregui, soy el Comandante.
- Estamos recibiendo fuego aislado del enemigo y lo estamos repeliendo. Vemos algunos elementos bajando hacia la Saguia.
- Bién Jaúregui, !Duro con ellos! "
Al cortarse la comunicación, la estación Directora desde El Aaiún me ordena mantener el enlace contínuo y que Mayoralas siga hablando. Yo insto a mi compañero a que lo haga.
Creo que así debió suceder. Lo que si recuerdo bién es cuando más tarde, en un momento determinado Mayoralas me dice:
" - Estamos recibiendo mucho fuego, intento seguir al Capitán, nos disparan intensamente..."
La órden desde El Aaiún fué immediata:
" - Que el coche radio no siga, que retroceda, que no continúe, que se vuelva..."
Yo acto seguido cumplimento la órden:
" - Mayoralas no sigas, atrás, atrás... Que no progreses. Que vuelvas atrás. Contesta cambio..."
Pero creo que esa órden llegó tarde o no fué escuchada nunca . Mayoralas ya no contestó más. No volví a oir su voz. Durante muchos minutos estuve llamándole, sin resultado positivo hasta que esas llamadas fueron cada vez más espaciadas. Siempre me mantuve a la escucha en esa frecuencia que es la misma que mantenía con Aaiún.
Los momentos que siguieron fueron frenéticos. Mis contínuas llamadas a Mayoralas no obtenían respuesta. ¡Pero ahora éramos nosotros los que recibíamos fuego!, y éste nos detuvo brúscamente. Entre las dos estaciones de radio, protegido por las baterías, escuchaba los disparos de los legionarios cerca del vehículo, pero sin avanzar hasta donde se encontraban las fuerzas de vanguardia que, al parecer, debían situarse tras los que nos hacían fuego, o al menos en la misma dirección; el Sur.
Al parecer quiso el Comandante progresar por el borde de la Saguia, ya que retrocedimos y nos dirigímos al borde de la Saguia, por donde habíamos pasado antes, pero al aproximarnos, como a unos 200 metros calculo yo, una lluvia de disparos nos frenaba. Era un fuego muy intenso y era tal que en mi vehículo se contaron veintisiete impactos. Por otra parte era lógico ya que las dos antenas de varillas se veían desde mucha distancia...
Estos amagos de acercarnos al borde de la Saguia se sucedieron, por distintos sitios, un par de veces o más, sin conseguirlo nunca. Mi vehículo pegado al del Comandante que unas veces se internaba solo y otras nos acompañaban vehículos ligeros. Yo recuerdo que en algunas de aquellas paradas,bajo el fuego mantenía comentarios con mi conductor Vilela siempre, por supuesto, pero tambien con los legionarios enlaces que acompañaban al Comandante y se guarecian del fuego tras las ruedas de mi vehículo.
Tengo que resaltar a mi conductor Vilela. Como yo casi siempre por el trabajo me mantenía en el interior del vehículo, era él el que estaba atento al coche del Comandante. En uno de aquellos momentos una ráfaga enemiga le hiere en una pierna, sangra, se guarece tras una rueda, busca al Comandante y se dá cuenta que estamos solos...
¿Pero que hacemos allí sólos?; ¿Por qué en medio de la nada?; A ciento cincuenta metros nos disparan intensamente -las antenas atraen los disparos- y los nuestros en dirección opuesta, a unos doscientos cincuenta metros (?)....
- Vilela ¿dónde estás?grito desde el interior del vehículo.
- ! Me han herido ! No salgas... - me responde-
- ¿Estás bien? !Si puedes vámonos de aquí! - le contesto -.
Y Vilela sacó el vehículo de allí como pudo. Con las dos ruedas delanteras pinchadas y bajo una oleada de disparos. Me pareció que el coche volaba por aquella pedregosa llanura. A duras penas solo veía los brazos de Vilela sobre el volante. Así llegamos donde estaban los nuestros y el Comandante.
Los requerimientos desde El Aaiún para hablar con el Comandante eran contínuos y varias veces hablaron sobre el desarrollo de la operación, pero recuerdo que en muchas ocasiones el Comandante no acudía a la radio especialmente cuando la actividad era intensa . Me preguntaban a mi entonces sobre número de heridos y muertos y yo, aún sabiendo lo que veía no les informé nunca sobre ese dato.
Por la tarde trabajé por radio con uno de los dos aviones que llegaron desde Las Palmas. Continuamente me pedía objetivo para arrojar las bombas insisitiendo que se iba la luz del día, que tendrían que bajar su altura y entonces no explosionarían. El Comandante se resisitía a dar esa información y cuando por fin lo hizo se lo comuniqué a los aviones. Fué el final de mi trabajo con ellos, y recuerdo también, por extraña para nosotros, la frecuencia en la que mantuvimos el enlace; 3.023 kcs., en fonía. Yo no escuché el sonido de las bombas. Más tarde comprendí que el resistirse del Comandante a facilitar objetivo; había muchos legionarios sin localizar, pudiera ser que muertos , pudiera ser que vivos todavía y caía la tarde, la noche enseguida y había que esperar hasta el día siguiente.
Llegó la noche y se formó con los vehículos una especié de círculo. Nos dispusimos a pasar una de las noches más largas que recuerdo. El enlace con Aaiún muy dificultoso, grafía (morse) y en lucha constante con la carga de las baterías. Salvo excepciones, nos limitábamos a dar novedades. Durante muchas horas siguieron oyéndose disparos en la distancia, sé que nos preguntamos muchas veces por el origen de los mismos. Las conjeturas fueron de todo tipo; legionarios buscando en la noche a los suyos, legionarios que seguían combatiendo o quien sabe...
Un convoy que partió hacia el Aaiún con heridos y muertos regresó a las pocas horas, ya que cuando creían que habian llegado al pueblo estaban otra vez en el mismo sitio del que partieron, incapaces de encontrar el camino. Si durante el día el desierto gastaba aquellas bromas que no sería durante la noche.
Al amanecer no había rastro del enemigo. Con las primeras luces, y me imagino tras el reconocimiento del terreno, comenzo la triste y dolorosa tarea de recoger a los muertos, ya que no había más que muertos. Yo no participé en aquella tarea. Me limité a conteplar desde mi vehículo, contando... Los muertos se cargaron en camiones para su traslado a El Aaiún.



EL REGRESO


No recuerdo a que hora de la tarde regresamos a El Aaiún ni lo que tardamos en el viaje, solo recuerdo que me sorprendió la gran cantidad de gente, soldados casi todos, que se agolpaban a ambos lados de la entrada del pueblo. El abrazo de mi padre, Del Capitán de la Compañía, felicitaciones y aplausos. Sin esperar aquel recibimiento que me sorprendió pensé; ¿Pero que habíamos hecho?, ¿Que había pasado en realidad?.





EN HIPÓTESIS


Pero realmente ¿Que le pasó al Cabo 1º MAYORALAS ?. Esa pregunta nos la hicimos durante mucho tiempo y nunca obtuvimos una respuesta clara.
Se comentó y debe estar escrito en algún sitio que elementos saharagüis interrogados no aportaron nada. No lo habían hecho prisionero como al principio se supuso. No lo recordaban y nunca tuvieron noticia de él.
Su cuerpo, de haber sido herido o muerto, no estaba entre los muertos recuperados al dia siguiente, sólo su vehículo, sin estación de radio, sin baterías, con las ruedas pinchadas o sin ruedas, no lo recuerdo, apareció en un repecho del camino que bajaba hacia la Saguia.
La idea que germinó en mi pensamiento desde entonces como única hipótesis que puede no ser cierta pero algunos comparten es que, Mayoralas, como yo, no era infante. Pertenecía al Arma de Ingenieros, Transmisiones concretamente, Operador de Radio y su principal misión era mantener el enlace con su estación. Quizás herido abandonó el fragor de la batalla, pudo hacerlo ya que no llegó al mismo sitio donde cayeron los bravos legionarios del Capitán JAUREGUI, y buscar cobijo en algún lugar, por camino equivocado, lejos o cerca de la batalla.
En consecuencia cabe hacerse algunas preguntas más, simpre en hipótesis y con la natural cautela:
- Si su conductor y el enlace pudieron salir de allí ¿Por qué él no lo hizo?, ¿Fué retenido por alguien o por algo?, Quiso defender la estación de radio y eso le costó la vida o el que le hicieran prisionero?.
- ¿ Alguien se dió cuenta al amanecer del día 14 y reconocer el campo de batalla que faltaba el Cabo 1º Mayoralas?
- Al recoger a los muertos y despejar el lugar ¿Se hizo algo para buscarlo?, ¿Se juzgó a simple vista sobre el terreno que al no estar allí es que lo habían hecho prisionero?.
Ya no hay más preguntas respecto a la mañana del día 14 y Mayoralas. Y no puede haberlas en ese sentido ya que la imagen de aquellos héroes muertos, legionarios caídos en defensa de España y que es la mejor manera de morir que tiene un soldado, narrada por boca de los que recogían a sus compañeros y que yo escuché pocas horas después, es una imagen que merece ser recordada para siempre en nuestra Historia de España.





EL RETORNO Y UNA REFLEXIÓN MÁS


Siete años después, destinado yo en El Aaiún, volví al lugar de la batalla. Recorrí a pié varios centenares de metros buscando algo que ni yo mismo definía el qué. Me detuve en lugares iguales o semejantes a aquellos donde nos había detenido el fuego enemigo. No reconocí los sitios, pero si el terreno, inmenso, raso, pedregoso. Los obstáculos que éste podia ofrecer para ocultarse, piedras o matas, no se levantaban más de veinte centímetros del suelo en más de trescientos metros desde el borde de la Saguia.
Me aproximé al mismo borde y recorrí caminos entre las piedras y gagras que lo delimitan. Me imaginé a unos hombres allí apostados y perfectamente parapetados haciendo fuego a unos blanacos humanos sin casi posibilidad de cobijo.
Caminé por lugares donde quizá terminó la vanguardia su avance. No reconocí el lugar porque yo nunca había llegado hasta allí. Pero sí hasta allí debió llegar Mayoralas y muchos y muy bravos legionarios; Capitán Jáauregui, Brigada Fadrique y tantos héroes que no llegué a conocer.
Comprendí que en cualquiera de los intrincados e imáginables caminos que por la abrupta depresión bajaban hasta la Saguia, era muy fácil, increiblemente fácil, perderse, ocultarse o morir.
Pensé tambien que morir como ellos lo hicieron es como vivir para siempre.
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En Madrid, febrero de 2008. Cincuenta años después.

Postal antigua (III)

Otra postal de la colección editada por Daniel Álvarez en los años 30. En esta ocasión es una vista de la fachada principal del cuartel Zarco del Valle, tomada desde la esquina derecha, entre la Avenida del Palacio y el solar vacío en donde años más tarde seria construído el Parque Central de Transmisiones.

Dos versiones de la misma postal (a la venta en TODOCOLECCION)




03/02/2008

Los diez primeros pilotos aviadores procedentes de tropa

El grupo que muestra la foto (tomada de la revista “Nuevo Mundo” del 28 de febrero de 1.919) son los diez primeros pilotos aviadores procedentes de tropa que han obtenido sus títulos de la Federación Aeronáutica Internacional.
Dicha revista decía que: “En el aeródromo militar de Alcalá de Henares y bajo la dirección de los profesores Domínguez Olarte, Sandino y Sáez de Buruaga, y en un período verdaderamente breve, dados los escasos medios de que disponían, se ha producido esta primera promoción de pilotos de tropa, cuya iniciativa corresponde al actual director de la Aeronáutica militar, el general de ingenieros D. Julio Rodríguez Mourelo.

Los nuevos pilotos son:
***Eusebio Magaz, sargento de Ingenieros, con el número 161.
***Luis Besonia, soldado de Infantería, con el 162.
***Francisco Tella, soldado de Ingenieros, con el 163.
***Vicente Linares, sargento de Ingenieros, con el 164.
***Julio González, sargento de Ingenieros, con el 165.
***Telesforo Espinel, soldado de Intendencia, con el 166.
***Julio Antón, sargento de Artillería, con el 167.
***Lucio Sánchez, cabo de Ingenieros, con el 168.
***Eduardo Lasterra, soldado de Ingenieros, con el 169.
***Antonio Gutiérrez, cabo de Intendencia, con el 170.
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NOTA.- Los sargentos en aquella época pertenecían a la clase de tropa.
Fuentes: Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional.