Historias de El Pardo

Un lugar para el recuerdo de los Veteranos del Regimiento de Transmisiones



02/07/2007

De vuelta, 27 años después

La vida es una concatenación de acontecimientos que van quedando "archivados" con mayor o menor intensidad en nuestra memoria, en función de las circunstancias que rodeen esos hechos. Una determinada experiencia o vivencia, puede quedar "grabada" de forma indeleble en el recuerdo si esta experiencia resultó ser positiva en el momento de vivirse o, si con el transcurso del tiempo, se contempla como un "activo" en el patrimonio sentimental del ser humano.

Este es el caso de dos de los autores de este blog, quienes, 27 y 21 años después, volvieron a cruzar el umbral del Cuerpo de Guardia del Regimiento.
Rafael, desde Tenerife y el que suscribe, desde Zaragoza, son los protagonistas de esta entrada en "historias de El Pardo". Faltó un tercer autor, pero anímicamente, estuvo allí con nosotros...Julio G. Blanco,

La cita estaba ya proyectada con anterioridad. Sólo faltaba concretar fecha y hora: 27 de junio de 2007, a las 10 horas, en la puerta de Carros.

Allí estaba Rafael, con puntualidad británica. Nos reconocimos en el acto y el saludo fue como si nos conociésemos de toda la vida.

Especial emoción sentí al cruzar el Cuerpo de Guardia. Una amalgama de vivos recuerdos surgieron de forma espontánea haciéndome sentir esa curiosa sensación que todos hemos experimentado alguna vez de creernos con 25 años menos.

Excepto pequeños detalles, la última imagen que yo conservaba del Regimiento perteneciente a aquel lejano ya 15 de enero de 1982 y la visión de ésta ultima visita se correspondían casi de forma matemática. Las compañías, el suelo adoquinado, las moreras, el monumento a los caídos...¡¡ Todo estaba allí tal y como lo dejé !!

Como es natural, algo sí que estaba cambiado...¡¡ yo !!. Pero esos minutos en los que tuvimos la oportunidad de volver a visitar las instalaciones, sería preciso encuadrarlos en la sección de "experiencias positivas" del tipo de las que hablé al inicio de esta entrada, por muchas modificaciones que la vida haya introducido en nuestro "historial".

Sería injusto, descortés y falto a la verdad no mencionar aquí la exquisitez y cordialidad con la que el Suboficial Mayor Delgado nos recibió al ser requerido a nuestra llamada. Es por ello que, con el debido respeto, quiero aprovechar este espacio para testimoniarle mi más considerado respeto y admiración, testimonios que hago extensibles al Coronel Jefe del Regimiento al cual no tuvimos la suerte de conocer en persona.

El día vino a completarse, además de una magnífica climatología, con la degustación de un espectacular menú en un conocido Restaurante de El Pardo. Sobre esto, queda pendiente una invitación para Rafael en Aragón, mi tierra, en la que también tenemos maravillas gastronómicas...Eso sí...esta vez pago yo.


Rarael Y Fernando, frente al monumento a los caídos

1 comentario:

  1. Fernando: suscribo totalmente el texto de tu entrada. Por otro lado, hace falta tener ganas y grandes recuerdos para regresar en el túnel del tiempo al viejo cuartel. Lo vuestro sí que tiene mérito. Acudir desde lugares tan distantes a la cita. Sobre todo Rafael, que tomó un avión ida y vuelta desde Tenerife exclusivamente para visitar El Pardo. Llevas razón, Fernando, el cuartel no ha cambiado, los que hemos cambiado somos NOSOTROS.

    No os pudo recibir el coronel, pero sí un Suboficial Mayor, que también es una figura muy importante y destacada en las Unidades Militares de hoy en día. Vaya para él también mi agradecimiento por su invitación y un cordial saludo.

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