Historias de El Pardo

Un lugar para el recuerdo de los Veteranos del Regimiento de Transmisiones



09/06/2008

IPE nº 2 del Ejército de Tierra

Si muy bueno es el recuerdo que tengo de los dos años en el Regimiento, más lo es, si cabe, de los otros dos que viví en el Instituto Politécnico nº 2 del Ejército de Tierra ubicado en su día en la actual Academia de Logística de Calatayud, y que tuvo como precursor al Regimiento de Artillería nº 42.
Y es que, los dos recuerdos, van inevitablemente ligados pues el período de formación como Alumno Aprendiz implicaba cumplir el compromiso en cualquier unidad, y a mi me asignaron Transmisiones.
Si de mis compañeros de El Pardo guardo vivo recuerdo...mucho más presente lo tengo de los que fueron en Calatayud...tercera promoción...sección 21...Electrónica de Telecomunicaciones, Armamento y Material. Y no sólo es recuerdo, pues a fecha de hoy, dentro del reducido grupo de los que considero verdaderos amigos, un alto porcentaje son Brigadas en activo y muy frecuentes los encuentros que con ellos mantengo.
Salvando las naturales distancias pues el tiempo ha hecho su trabajo, he de decir que también guardo muy gratos recuerdos de mi acceso a la Universidad, de mi primer trabajo, de mi primera novia, de mi primer coche...
Sin embargo, por algún motivo, únicamente el Ejército está situado en la cúspide de esa ya muy abultada amalgama de recuerdos. Y es que fueron cuatro años de mi vida que, según creo recordar, en otra entrada de este blog ya tuve ocasión de narrar.
Quizá el lugar más adecuado para hacer este tipo de comentario hubiese sido el Foro que tenemos vinculado a este blog. Sin embargo, puesto que de recuerdos se trata, tampoco desluce que lo haga aquí...y así lo hago.
Un sentimiento que pude experimentar con renovada alegría cuando, 28 años después, tuve la suerte de ser invitado a los actos del día de San Fernando: el tiempo se diluyó entremezclándose con las sombras de una vana esperanza...un vago sueño...una perdida ilusión...acaso una vocación frustrada...
Con todo, y a pesar de que a mis 46 años pocas cosas me quedan ya por conocer, aquél espíritu que reinaba en mi de los 17 a los 21, creo que continúa latente, pues el sonido de cornetas y tambores el pasado 30 de mayo todavía me hizo saltar una lágrima de mis ya cada vez más cansados ojos.
Como dijo un insigne aragonés, Joaquín Costa, "serviré a España, sino con las armas, con los libros", pues a él le ocurrió algo similar a mí. Sigo pues sus pasos desde no hace poco tiempo...y lo hago con sumo orgullo...No pude con las armas, pero lo hago humildemente con los libros...
Gracias por leerme...
Gracias mi Coronel...
Gracias mi Suboficial Mayor...

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