Esta nueva batallita trata de cuando sonaba el toque de “Marcha” (toque de corneta para salir de paseo) al que la tropa desde tiempos inmemoriales le puso letra, sus notas venían a decir; “marcha de frente, Ramón Catalán”.Antes del paseo, había que “acicalarse”, lustrar las botas, arreglarse el pelo, coser bien los botones si había alguno flojo, etc. Pues seríamos revistados antes de salir por la Principal a cargo del suboficial de Guardia.
Las horas de paseo en los años 60, eran de 6 a 9 de la tarde en días laborables. Los sábados a las 2 de la tarde, y los domingos, a partir de las 11 de la mañana, después de la misa obligatoria. Los que no tenían servicio, se podían marchar desde el mismo sábado a las 2 de la tarde, hasta el toque de retreta del domingo por la noche, con un pase especial. Y por supuesto NADA DE VESTIRSE DE PAISANO. Estaba estrictamente prohibido. Pues te podías encontrar por la calle con la Policía Militar (llamados por la tropa “Pili y Mili”, ya que iban en parejas) y eso de ver a un paisano con el pelo muy corto “cantaba” que eras soldado y producía la toma inmediata de datos personales que al día siguiente llegarían al cuartel en forma de parte de arresto.
Como decimos, la labor de pasar revista a los que salían era del suboficial de Guardia. Pero en el mes de diciembre del año 1.965 el coronel decidió crear una nueva figura: “el sargento de puertas”, que para liberar al suboficial de Guardia de esta función se encargaría de pasar él revista a la tropa durante las horas de paseo. Aparte de esto se elaboraron unos impresos en donde el “sargento de puertas” tendría que estampar su firma, poniendo la fecha y la hora de salida. Si no pasabas la revista, quedaba claro que no había firma ni tampoco salida, hasta cumplir con el grado mayor o menor de dureza de criterio que cada sargento imponía Aquí presentamos uno de aquellos impresos por ambas caras con una buena colección de autógrafos de sargentos que quedan para la posteridad.
Las horas de paseo en los años 60, eran de 6 a 9 de la tarde en días laborables. Los sábados a las 2 de la tarde, y los domingos, a partir de las 11 de la mañana, después de la misa obligatoria. Los que no tenían servicio, se podían marchar desde el mismo sábado a las 2 de la tarde, hasta el toque de retreta del domingo por la noche, con un pase especial. Y por supuesto NADA DE VESTIRSE DE PAISANO. Estaba estrictamente prohibido. Pues te podías encontrar por la calle con la Policía Militar (llamados por la tropa “Pili y Mili”, ya que iban en parejas) y eso de ver a un paisano con el pelo muy corto “cantaba” que eras soldado y producía la toma inmediata de datos personales que al día siguiente llegarían al cuartel en forma de parte de arresto.
Como decimos, la labor de pasar revista a los que salían era del suboficial de Guardia. Pero en el mes de diciembre del año 1.965 el coronel decidió crear una nueva figura: “el sargento de puertas”, que para liberar al suboficial de Guardia de esta función se encargaría de pasar él revista a la tropa durante las horas de paseo. Aparte de esto se elaboraron unos impresos en donde el “sargento de puertas” tendría que estampar su firma, poniendo la fecha y la hora de salida. Si no pasabas la revista, quedaba claro que no había firma ni tampoco salida, hasta cumplir con el grado mayor o menor de dureza de criterio que cada sargento imponía Aquí presentamos uno de aquellos impresos por ambas caras con una buena colección de autógrafos de sargentos que quedan para la posteridad.
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