Con gran satisfacción saludamos y damos la bienvenida a un nuevo compañero. Se trata de Benito, residente en Buenos Aires (República Argentina) que ha tenido la gentileza de enviarnos un relato de su paso por nuestro Regimiento allá por los años 50.
Benito, de 80 años, en el momento de escribir estas líneas
..."El Pardo”
Regimiento de Transmisiones
Regimiento de Transmisiones
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"...Fui destinado a la compañía de Destinos donde también estaba la banda de música.
Saliamos por las tardes al pueblo. Lo primero que hacíamos era ir al bar, nos mandábamos una ensalada de tomate, pepino y cebolla, donde no faltaba el litro de vino que había que tomar "a la catalana" y después subíamos a la Iglesia.
Mis amigos eran un cabo 1º que era andaluz, y un cabo 2º que era de Orense, tenía también dos amigos que eran hermanos que estaban en la escolta de Franco. También solía tomar el te en la compañía de los moros, donde también tenia amistades.
Siendo cabo 2º me dieron el premio “Regimiento de Transmisiones” por mi comportamiento.
También hice de cabo 2º guardias que no me correspondían. Tu padrino, era el brigada de mi compañía, hacía los pases de sábado y domingo. El sábado a la mañana y la noche del sábado siempre nombraban un cabo 2º y no había, entonces me ponìa yo.
También quedé de cabo furriel, para que el cabo fuera de vacaciones. Cuando vino trajo jamón crudo; nos fuimos a la cantina, mete jamón y vino y salimos medio en pedo, o sea medio borrachos.
En el año 1950, el mundial de Brasil, lo escuchábamos en el patio donde pusieron altavoces. España creo que salió tercero, campeón Uruguay, segundo Brasil y tercero España. La única vez que llego tan alto.
Cuando fui cabo 1º fui con un teniente en una expedición (maniobras) por Toledo, junto con un sargento, dos cabos primeros y unos cuantos soldados. Estuvimos en la sierra de Gredos en un pueblo que se llama Cenicientos donde hicieron baile dos días en honor de los militares. Desde la guerra no habían visto más militares.
Cuando llegamos al Regimiento a los pocos días me destinaron a la Jefatura de Transmisiones.
Una vez cuando entró una formación nueva (reemplazo) estábamos preparando la ropa para las compañias en la parte de atrás del Almacén, nosotros les decíamos, tráete una botella de vino que si la ropa no te queda bien te la cambiamos y nos pusimos medio medio, hasta que tu finado padre se dio cuenta y se armó la rosca.
Una vez por las fiestas, el capitán del almacén que le decían “el artículos”, vino con la hija para cambiarse en la parte de atrás y a mi me puso de campana, no podía dejar pasar a nadie, pero yo la espiaba, me la iba a perder..."
Benito G.I., desde Buenos Aires, 1 de Mayo de 2.008
Saliamos por las tardes al pueblo. Lo primero que hacíamos era ir al bar, nos mandábamos una ensalada de tomate, pepino y cebolla, donde no faltaba el litro de vino que había que tomar "a la catalana" y después subíamos a la Iglesia.
Mis amigos eran un cabo 1º que era andaluz, y un cabo 2º que era de Orense, tenía también dos amigos que eran hermanos que estaban en la escolta de Franco. También solía tomar el te en la compañía de los moros, donde también tenia amistades.
Siendo cabo 2º me dieron el premio “Regimiento de Transmisiones” por mi comportamiento.
También hice de cabo 2º guardias que no me correspondían. Tu padrino, era el brigada de mi compañía, hacía los pases de sábado y domingo. El sábado a la mañana y la noche del sábado siempre nombraban un cabo 2º y no había, entonces me ponìa yo.
También quedé de cabo furriel, para que el cabo fuera de vacaciones. Cuando vino trajo jamón crudo; nos fuimos a la cantina, mete jamón y vino y salimos medio en pedo, o sea medio borrachos.
En el año 1950, el mundial de Brasil, lo escuchábamos en el patio donde pusieron altavoces. España creo que salió tercero, campeón Uruguay, segundo Brasil y tercero España. La única vez que llego tan alto.
Cuando fui cabo 1º fui con un teniente en una expedición (maniobras) por Toledo, junto con un sargento, dos cabos primeros y unos cuantos soldados. Estuvimos en la sierra de Gredos en un pueblo que se llama Cenicientos donde hicieron baile dos días en honor de los militares. Desde la guerra no habían visto más militares.
Cuando llegamos al Regimiento a los pocos días me destinaron a la Jefatura de Transmisiones.
Una vez cuando entró una formación nueva (reemplazo) estábamos preparando la ropa para las compañias en la parte de atrás del Almacén, nosotros les decíamos, tráete una botella de vino que si la ropa no te queda bien te la cambiamos y nos pusimos medio medio, hasta que tu finado padre se dio cuenta y se armó la rosca.
Una vez por las fiestas, el capitán del almacén que le decían “el artículos”, vino con la hija para cambiarse en la parte de atrás y a mi me puso de campana, no podía dejar pasar a nadie, pero yo la espiaba, me la iba a perder..."
Benito G.I., desde Buenos Aires, 1 de Mayo de 2.008
Estimado Benito: hasta el momento, eres el compañero más veterano de los que pasamos por El Pardo que se han puesto en contacto con nuestro Blog. Y si, como dice el dicho popular “la veteranía es un grado” quedamos siempre a tus órdenes. Un fuerte abrazo, desde Zaragoza, Tenerife y Madrid.
ResponderEliminarGracias, Benito, por tu comentario. Para los autores, comprobar que el recuerdo de la juventud reside más allá del Atlántico, es una gran noticia y nos anima a seguir dándole "cuerpo" a este espacio dedicado a rememorar aquellos años que pasamos por El Pardo.
ResponderEliminarPoco a poco, las filas de veteranos van aumentando en cantidad y calidad. Ese es precisamente nuestro objetivo. Entre todos, conseguiremos que el viejo "Regimiento de Transmisiones" ocupe su lugar en la historia y que, por derecho, le corresponde.
Saludos desde Madrid, Tenerife y Zaragoza.