Historias de El Pardo

Un lugar para el recuerdo de los Veteranos del Regimiento de Transmisiones



16/03/2008

Anécdotas del Parque Central de Transmisiones

Nuevos recuerdos y anécdotas nos llegan, esta vez de mano de la pluma de Manuel García Sánchez.
Gracias por tu recuerdo, Manuel.
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ANÉCDOTA 1)

Antes de entrar en el detalle, quisiera aclarar el por qué de la relacion del PCT (Parque Central de Transmisiones) con el Regimiento. Esta relacion no era solamente fisica, pues los cuarteles estaban (y estan, si bien con nombre diferente el Parque) pared con pared. El hecho es que, según nos contaron, al haber perdido la Bandera en una guerra, los reclutas del PCT no podiamos jurar Bandera en nuestro acuartelamiento, o sea que jurá a la Bandera en el Regimiento.

Dicho esto voy a la anécdota.

Era un dia de verano, estaba de suboficial de guardia y estrenaba mi galón de Cabo Primero. Toda la tropa que estaba de guardia, cabos y soldados, o bien habian entrado conmigo como voluntarios (1 de Marzo 1963) o pocos dias despues con el reemplazo.

Calor. Cuartel completamente desierto. Un grupo de la caja de Granada, que, según ellos, eran todos primos, me ofrecen hacer una paella en la parte de atrass del cuerpo de guardia. Si quiero colaborar, mi contribucion es pagar el vino. Doy el dinero, y alguien se acerca al economato a comprar un de aquellos garrafones de 2 o 3 litros (igual eran de 5 litros, ahora no recuerdo con exactitud).

Se hace el cambio de puestos. Regresan sin novedad, y tenemos dos horas de tranquilidad, pues ya ha salido el autobus de oficiales y suboficiales.

Nos sentamos al fresquito de la parra que cubria el jardin del cuerpo de guardia.

La escena era bucolica.

Una paella maginifica. Comemos al estilo cuartel, cada uno con su cuachara y comiendo por su lado, y contento con los tropezones que te toquen. Claro que la veterania y los galones son un grado, y me “apartan” un par de tropezones más que al resto.

Magnifico. Fumamos nuestros celtas. Y empieza uno de ellos y le siguen los demás con unos maullidos, hasta que, el cachondeo sube de tono y me dicen….¿qué catalán….como estaba el conejo de la paella?.........

Ya os habreis imaginado, que no habiamos comido a los dos gatos que patrullaban por el cuerpo de guardia.

Manos mal, que habian parido hacia poco y en poco tiempo, se repuso la despensa de “conejos”.

Luego, años más tarde, mi profesion de hotelero, me llevo por paises de Africa, Sud America, etc, y la experiencia me ayudo a comer cocodrilo en Zimbabwe, gusanos en Mejico, etc.

ANÉCDOTA 2)

Corta y simple.

Tambien de guardia. Esta vez, era Cabo. Me tocaba el segundo turno de la noche, despierto (creo recordar) desde las 2 hasta el toque de diana.

Acababamos de hacer el relevo y todo estaba tranquilo. Aun usabamos el Mosqueton Mauser 7,92. De pronto suena un disparo. A esa hora, y en El Pardo, en 1963, no era de buen gusto lo que venia despues. En fin, despierto al Teniente de Guardia, y uno de los soldados llama a los puestos. Identificamos a la garita mas cercana a Madrid, en la carretera como el que habia dado el tiro. Salimos corriendo dos soldados y yo a ver que pasaba, pues el muchacho, estaba con un ataque de nervios.

Al llegar, estaba temblando, con el fusil en las manos, le pedimos que se relajara, que no pasaba nada y que que era lo que habia pasado.

Habia oido pasos. Habia dado el alto. “Alguien” Lo habia mirado fijamente del otro lado de la pared, en la zona de los pinos. Regresamos, dimos la novedad y salimos al exterior, esta vez con dos soldados más. A esto, el Teniente habia informado al Capitan de Cuartel, al Regimiento y me imagino que a la Guardia de Franco…pues el tiro retumbo hasta Guadalajara o al menos asi nos pareció.

Bueno, pues ya estamos por fuera de la valla, el enemigo, tenia una cornamenta preciosa, y habia recibido un tiro de lo más certero entre los ojos…. La que se formó fue chica por haber matado a un ciervo que no conocia el santo y seña!!!!

Hay más…pero eso será otro día.