Historias de El Pardo

Un lugar para el recuerdo de los Veteranos del Regimiento de Transmisiones



23/05/2007

AQUELLAS MISAS OBLIGATORIAS

En este monumento que aparece en la foto, obra del escultor Santiago de Santiago, situado en el patio de armas del acuartelamiento Zarco del Valle era donde se ubicaba el altar para la celebración de las denominadas “misas de campaña” todos los domingos y festivos durante los años 60. El monumento tenía unas puertas, que al abrirlas, aparecía el altar con un crucifijo, un sagrario y una imagen de San Fernando y en los laterales del mismo había otras dos puertas con un habitáculo que servía como sacristía. Delante de él también se celebraban los ceremoniales de homenaje a los caídos como ya se narra en otras secciones de este Blog.

La misa se anunciaba siempre la víspera en la Orden del día con el siguiente texto:

ARTÍTULO ÚNICO:
“A las 10 horas se celebrará la Sta. Misa en el sitio de Costumbre formando las compañías en uniforme de paseo y sin armas al mando del Capitán de Cuartel y Oficiales de Semana. Asistirá la banda de cornetas y tambores y Escuadra de Gastadores. Se tocará el toque de Escuadra a las 9,30; el de Compañía a las 9,45 y el de Regimiento y Llamada a las 9,55”
Firmado: el Coronel

Las misas de aquella época eran largas y a veces tediosas debido a su duración, unos 45 minutos y a que todavía se decían en latín. Varios soldados hacían de monaguillos. Muchas veces y a causa del calor algunos soldados sufrían lipotimias y mareos. Había que sacarlos de la formación y llevarlos al Botiquín en donde se les atendía.
Durante el invierno o en días de lluvia, las misas se celebraban en el comedor de tropa, situando en un extremo del mismo un altar improvisado. Como era costumbre, en el momento de la consagración la banda interpretaba el Himno Nacional, lo que producía una enorme cantidad de decibelios al estar en un recinto cerrado.

La misa la celebraba el comandante capellán D. Cándido, que por otro lado, no se metía con ningún soldado en el aspecto religioso, es decir, no hacía mucho proselitismo entre la tropa en asuntos de religión, salvo la obligatoriedad de la asistencia a la misma.

1 comentario:

  1. Suscribo totalmente lo que dice nuestro amigo sobre las misas y el Comandante Capellán D. Cándido. Era exactamente así como él lo cuenta.
    Un saludo.
    Antonio (Alicante)

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