
La misa se anunciaba siempre la víspera en la Orden del día con el siguiente texto:
ARTÍTULO ÚNICO:
“A las 10 horas se celebrará la Sta. Misa en el sitio de Costumbre formando las compañías en uniforme de paseo y sin armas al mando del Capitán de Cuartel y Oficiales de Semana. Asistirá la banda de cornetas y tambores y Escuadra de Gastadores. Se tocará el toque de Escuadra a las 9,30; el de Compañía a las 9,45 y el de Regimiento y Llamada a las 9,55”
Firmado: el Coronel
Las misas de aquella época eran largas y a veces tediosas debido a su duración, unos 45 minutos y a que todavía se decían en latín. Varios soldados hacían de monaguillos. Muchas veces y a causa del calor algunos soldados sufrían lipotimias y mareos. Había que sacarlos de la formación y llevarlos al Botiquín en donde se les atendía.
Durante el invierno o en días de lluvia, las misas se celebraban en el comedor de tropa, situando en un extremo del mismo un altar improvisado. Como era costumbre, en el momento de la consagración la banda interpretaba el Himno Nacional, lo que producía una enorme cantidad de decibelios al estar en un recinto cerrado.
La misa la celebraba el comandante capellán D. Cándido, que por otro lado, no se metía con ningún soldado en el aspecto religioso, es decir, no hacía mucho proselitismo entre la tropa en asuntos de religión, salvo la obligatoriedad de la asistencia a la misma.
Suscribo totalmente lo que dice nuestro amigo sobre las misas y el Comandante Capellán D. Cándido. Era exactamente así como él lo cuenta.
ResponderEliminarUn saludo.
Antonio (Alicante)