Esta imágen, al igual que las otras antiguas, pertenece al fotògrafo Daniel Alvarez. Nuestro colaborador Javier Fernández tiene en su colección una como esta pero en forma de postal. En los tiempos de Julio, detrás de las cortinas con el Castillo de Ingenieros bordado, estaban los estandartes del Regimiento.
En mis tiempos (1980-1982) era prácticamente igual.
Sala de Banderas. Un lugar exclusivo de reunión de jefes y oficiales, en donde además de éstos, solo podían entrar los gastadores, ordenanzas y camareros. En las vitrinas se guardaban los estandartes. También servía para sala de arresto de oficiales, los cuales no podían salir de la misma salvo para ir al baño. Para un oficial “ir a banderas” significaba que estaba arrestado, aunque no dejaba de ser una especie de calabozo de lujo. Ahí desayunaban, comían, cenaban y dormían. Un saludo.
ResponderEliminarLa descripción de Julio es la más aproximada a la realidad. En mis tiempos venía a ser del mismo modo. De las clases de tropa, sólo podían acceder a la sala de banderas los gastadores, ordenanzas y camareros.
ResponderEliminarEl comentario de Julio es una prueba más de que en el Regimiento siempre se han seguido unos "patrones" o, por lo menos, hasta que yo lo dejé en 1982.