Quienes ya vamos teniendo algunos años y el recuerdo de nuestro servicio militar se va diluyendo lenta y paulatinamente en el horizonte de la vida, tenemos este blog como herramienta para que esa etapa de nuestra juventud nos produzca esa agridulce sensación de alegría mezclada con algo de tristeza. Lo primero por haber disfrutado de esa juventud en su justa medida y lo segundo porque esa juventud cada vez se aleja de forma irreparable.
Sin embargo, nuestro paso por las Fuerzas Armadas, en algunos casos se prolonga en la persona de un hijo y aquí es cuando las luces y las sombras aparecen inevitablemente. Alegría y emoción por la participación de un hijo en misiones internacionales y preocupación de un padre. Luces y sombra...honor y sentimiento...emociones encontradas...
Pero la esencia de los objetivos humanitarios que estas misiones persiguen hace que las luces acaben dominando las sombras y con una fuerza sólo comprensible por el padre que va a tener un hijo lejos, muy lejos, pero cerca en el corazón.
No soy el primero ni seré el último padre, por eso quiero utilizar este espacio dedicado al recuerdo para hacer público y con la voz muy alta, a quienes ya han participado y a quienes participarán allá donde se les llame, el mejor de los deseos de éxito tanto a jefes, oficiales y soldados, así como a padres y hermanos. Y lo haré con una frase sencilla y humilde: "ánimos al soldado; sosiego en la familia".
Desde historias de El Pardo, enviamos un caluroso abrazo a todos los componentes de la BRILAT y del Regimiento de Pontoneros que muy pronto se incorporarán al trabajo en tierras afganas, y lo hacemos con el deseo de que desde el primer mando hasta el último soldado regresen "TODOS" para que sean recibidos como merecen...como hombres capaces de entregar lo mejor de sí mismos a cambio de nada en el cumplimiento del deber...
GRACIAS Y SALUDOS DESDE ZARAGOZA
Sin embargo, nuestro paso por las Fuerzas Armadas, en algunos casos se prolonga en la persona de un hijo y aquí es cuando las luces y las sombras aparecen inevitablemente. Alegría y emoción por la participación de un hijo en misiones internacionales y preocupación de un padre. Luces y sombra...honor y sentimiento...emociones encontradas...
Pero la esencia de los objetivos humanitarios que estas misiones persiguen hace que las luces acaben dominando las sombras y con una fuerza sólo comprensible por el padre que va a tener un hijo lejos, muy lejos, pero cerca en el corazón.
No soy el primero ni seré el último padre, por eso quiero utilizar este espacio dedicado al recuerdo para hacer público y con la voz muy alta, a quienes ya han participado y a quienes participarán allá donde se les llame, el mejor de los deseos de éxito tanto a jefes, oficiales y soldados, así como a padres y hermanos. Y lo haré con una frase sencilla y humilde: "ánimos al soldado; sosiego en la familia".
Desde historias de El Pardo, enviamos un caluroso abrazo a todos los componentes de la BRILAT y del Regimiento de Pontoneros que muy pronto se incorporarán al trabajo en tierras afganas, y lo hacemos con el deseo de que desde el primer mando hasta el último soldado regresen "TODOS" para que sean recibidos como merecen...como hombres capaces de entregar lo mejor de sí mismos a cambio de nada en el cumplimiento del deber...
GRACIAS Y SALUDOS DESDE ZARAGOZA