Al igual que otros ejércitos extranjeros que aún mantienen secciones colombófilas,el Ejército de Tierra español cuenta con cerca de 330 palomas mensajeras. Según el boletín informativo del Ejército, "Tierra", la eficacia de la comunicación a través de las palomas mensajeras en un mundo tan avanzado tecnológicamente sigue siendo válida, ya que una paloma mensajera no es detectada por ningún sistema electrónico.Cuatro soldados, un cabo y un subteniente, jefe de la sección, son los encargados de cuidar a estas aves y mantener en buenas condiciones los palomares en la Sección Colombófila del Regimiento de Guerra Electrónica Táctica REWT 31, con sede en el cuartel "Zarco del Valle", en El Pardo ( Madrid).Estos recintos deben estar limpios y desinfectados para que las palomas no caigan enfermas, ya que son muy delicadas. Por si acaso, en la sección también hay un botiquín veterinario para atenderlas.
La paloma mensajera se alimenta de maíz, mijo y avena. Vive hasta doce años y desde los tres meses puede ser adiestrada, mediante desplazamientos progresivos, para llevar mensajes a 1.000 kilómetros de distancia. Vuela sin detenerse más que a beber. A veces ha de combatir contra rapaces y esquivar disparos de cazadores. Es disciplinada. Y leal.
En la Sección Colombófila entrenan a las palomas para que sean capaces de volar desde el sur o el norte hasta el centro de España. Un ejemplar bien entrenado puede recorrer al día casi 1.000 kilómetros a una velocidad que oscila entre los 90 y los 100 kilómetros por hora.
Según unas biólogas alemanas de la Universidad de Frankfurt que lo han descubierto, en la piel que recubre parte del pico de las palomas mensajeras hay ínfimas cantidades de magnetita, mineral de óxido de hierro. Al parecer, estas partículas reaccionan de forma similar a las agujas de las brújulas, es decir, son extremadamente sensibles al campo magnético terrestre. Las oscilaciones magnéticas que experimentan son registradas y enviadas por los nervios de las aves hasta su cerebro, facilitándoles mantener el rumbo y la orientación.
Para enviar un mensaje, se coloca éste, enrollado, dentro de un tubito que se ata a uno de los cañones de una pluma del lomo, de la cola de la paloma o en una de las patas. Este mensaje se le denomina "colombograma". Desde que la paloma inicia el vuelo está protegida por convenios internacionales. No se la puede cazar ni capturar. Llevan un distintivo que las identifica como tales. Eso sí, nadie la libra de ser interceptada por algún ave depredadora.El Ejército llegó a disponer de 2.000 ejemplares en los antiguos palomares militares de Burgos, Sevilla, Ceuta y Melilla. Ahora, en la Sección de Madrid nacen un número aproximado de 140 pichones al año. Todos ellos son bendecidos el día de San Antón como es tradicional, pero sólo 40 de ellas llegan a ser palomas mensajeras.
Al Servicio Colombófilo militar le correspondía el control, censo e inspección de todos los palomares civiles de asociaciones colombófilas para su posible uso en caso de guerra al considerarse éstas de utilidad públicay de interés para la defensa. (Según Real Decreto 27/09/83).En el Museo del Ejército se encuentra, disecada, la única paloma mensajera que ha sido condecorada. Fue por su servicio en la Guerra Civil española, durante el asedio al Monasterio de Santa María de la Cabeza.Los sitiados usaron palomas para comunicarse con el exterior y una de ellas fue herida en su trayecto, pero no murió sin cumplir su misión, y por ello fue condecorada.
Soldados de Palomas
En el Foro de Transmisiones hay varios artículos dedicados a las palomas mensajeras:
http://transmisiones.forogratis.es/viewtopic.php?t=48
Muy interesante tu artículo. Es un tema que me interesa: sobre todo su actuación( si la hubo ) en la guerra de la independencia de 1808.
ResponderEliminarSaludos.
Es muy interesante, crri que eso fue eb el tiempo de la edad media y crei cre ean cualquier tipo de paloma
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