En una serie de artículos publicada por la Revista “Ejército”, titulada “Crónicas del Museo” debidos al coronel D. Luis López Anglada, aparecen una serie de fotos dedicadas a la Sala del Arma de Ingenieros, ubicada en el desaparecido Museo del Ejército de Madrid, cuyos fondos están siendo trasladados al futuro Museo del Alcázar de Toledo. En esta sala había varios recuerdos del General Zarco del Valle, que da nombre a nuestro antiguo Regimiento de El Pardo. Publicamos aquí algunas de esas fotos.
Cuadro al óleo con retrato del general Zarco del Valle Mesa de trabajo que perteneció al general Zarco del Valle
Sables y bastones de mando del general Zarco del Valle
Panoplia del Arma de Ingenieros
Sables y bastones de mando del general Zarco del Valle
Panoplia del Arma de Ingenieros
Heliógrafo que se utilizó en la posición de Kudia Tahar (Marruecos) por las tropas del Regimiento de Telégrafos en el año 1.925
Paloma mensajera disecada nº 46.415 que muríó en Jaén (año 1.936) después de que, malherida, entregase un mensaje en el puesto de Santa María de la Cabeza. Esta paloma fue condecorada por tal acción.
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Soneto a una paloma heróica
Ésta que el alto viento conducía,
más que la nieve adicta a la blancura,
envidia matinal de la más pura
biznaga del jazmín de Andalucía,
sólo fue una paloma, no sabía
cuál era la razón de su aventura,
ni que hubiera otra senda más segura
que la recta que el cielo le ofrecía.
Era fiel, más que al nido, a su viaje.
Tiñó en sangre las plumas y el mensaje
y sólo se rindió cuando llegaba.
Su historia se escribió de loma en loma.
No se equivocó nunca la paloma.
Tal vez porque era Dios quien la guiaba.
(Luis López Anglada)
Ésta que el alto viento conducía,
más que la nieve adicta a la blancura,
envidia matinal de la más pura
biznaga del jazmín de Andalucía,
sólo fue una paloma, no sabía
cuál era la razón de su aventura,
ni que hubiera otra senda más segura
que la recta que el cielo le ofrecía.
Era fiel, más que al nido, a su viaje.
Tiñó en sangre las plumas y el mensaje
y sólo se rindió cuando llegaba.
Su historia se escribió de loma en loma.
No se equivocó nunca la paloma.
Tal vez porque era Dios quien la guiaba.
(Luis López Anglada)
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Fuentes: Revista “Ejército” nº 543 (Abril 1.985)
Fotos: J.F.Blanco
Fotos: J.F.Blanco
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